El perfume que "mató" un amorde la realeza: la curiosa historia de Luis XIV y Madame de Montespan
En la opulenta corte de Versalles, el perfume era mucho más que una fragancia; era un símbolo de estatus y, sorprendentemente, se creía que tenía propiedades curativas. Los perfumistas eran incluso considerados curanderos. Madame de Montespan, una de las amantes más prominentes de Luis XIV, tenía una clara preferencia por el perfume de flor de naranjo. Sin embargo, esta predilección por los aromas intensos pudo haber contribuido al fin de su relación con el Rey Sol. Luis XIV, quien a sus 50 años había perdido todos sus dientes y era extremadamente sensible a los olores, no soportaba el intenso perfume de su amante. A pesar de sus súplicas, ella se negó a dejar de usarlo, y esta obstinación podría ser una de las razones por las que el rey finalmente la abandonó, dejándonos una curiosa lección: en el amor y el perfume, la moderación es clave.